martes, 8 de enero de 2013

,📇 Esas propiedades que nunca volverán



Cristian Berríos

Rosa Markmann fue gestora de la cesión al Club Deportivo Universidad Católica de un terreno ubicado en la ribera sur del Mapocho, donde posteriormente se construiría un complejo deportivo bautizado en su honor: Santa Rosa de Las Condes.


Como bien indica el libro oficial del CDUC (Crónicas, Relatos y Anécdotas de los primeros 56 Años del Club Deportivo Universidad Católica), la piscina temperada fue construida gracias a una segunda serie de La Gran Jornada, por lo tanto, aunque la colaboración de los hinchas fue desinteresada, cabe cuestionarse autoridad de la Fundación para desprenderse de un bien edificado con el aporte de socios e hinchas.


Pérdida para el deporte cruzado: El complejo deportivo Marina de Rapel, hoy conocido como Marina Terramar, y también denominado el "ex club náutico del Club Deportivo Universidad Católica". ¿Por qué pasó a manos de privados - ya fuera a través de una venta o concesión - un bien del CDUC destinado para el deporte, sus socios e hinchas? La falta de una o más ramas relacionadas con deportes náuticos   no explicaría el asunto. Con la infraestructura adecuada no habría sido difícil abrirle las puertas a los interesados por defender los colores del club. 


Con la venta de Santa Rosa de Las Condes, una de las ramas más afectadas fue la del básquetbol, que debió trasladarse al Estadio Palestino. 

Precisamente, la razón para que la rama dejara de competir por largos años en Dimayor tras temporadas brillantes - con tetracampeonato incluido entre 1983 y 1986 - fue la necesidad de que se destinaran fondos a la construcción del gimnasio en Santa Rosa. El baloncesto cruzado dejó las instalaciones en enero del año 2008.


Punto a favor: En la actualidad el Club Deportivo Universidad Católica aún posee un refugio en Farellones y sirve de casa para los esquiadores que representan al club.


La campaña "Cemento - Acero" con la que se impulsó la donación de materiales para la construcción del Estadio San Carlos de Apoquindo plantea nuevamente la interrogante sobre el derecho de La Fundación CDUC a erigirse como administrador de los bienes del deporte y el fútbol cruzado cuando han sido sus propios hinchas quienes aportaron de su bolsillo para el crecimiento de su institución. 

Si los hinchas aportaron para la adquisición y construcción de Santa Rosa de Las Condes, y el Complejo Deportivo San Carlos de Apoquindo ¿Correspondía una consulta a ellos sobre la conveniencia de desprenderse del terreno aportado por Rosa Markmann? ¿Desean los hinchas que la concesionaria pague por un estadio edificado para el fútbol con sus aportes? 

Mientras aún se espera por el gimnasio prometido para el básquetbol en el 2008, La Fundación decide con libertad absoluta dónde, cuándo y qué se construye, como también cuales son los bienes prescindibles.

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