En caso de quedarse al margen de la disputa por el título, y entendiendo que la Liguilla no es un objetivo satisfactorio para los hinchas, Universidad Católica requiere enfocarse en un plan concreto para la próxima temporada.
Ya el 27 de abril de 2015 habíamos propuesto las siguientes soluciones para los problemas deportivos y administrativos de Universidad Católica:
Las soluciones que adoptarían los verdaderos cruzados #LosCruzados #CDUCenelcorazón pic.twitter.com/sDTHN1P3rI
— Columna de Razta (@columnaderazta) abril 27, 2015
A nuestras propuestas, sumamos las siguientes correcciones o apuntes:
• Juvenal Olmos debe ser considerado para un proyecto en la concesionaria Cruzados SADP. Si Mario Salas no consigue el título, ese puesto no puede ser otro que la banca del primer equipo, otorgándole libertad para que elija a su equipo de trabajo y refuerzos.
Es verdad, lo pedimos desde hace 10 años. Por mucho tiempo, la excusa para marginar al DT campeón del 2002 fue su falta de vigencia. La realidad indica que Martín Lasarte y Julio César Falcioni evidenciaron una falta absoluta de variantes en momentos claves. Por su parte, Rodrigo Astudillo y hasta ahora Mario Salas pagaron su falta de experiencia.
Hace 14 años, Olmos demostró que manejaba al menos 4 sistemas tácticos (3-5-2. 3-4-3, 4-4-2, 4-3-3), muchos de ellos utilizados durante 90 minutos según la lectura y necesidades de cada partido, y obtuvo rendimientos óptimos en un plantel donde había elementos descartados en procesos anteriores.
• La falta de visión futbolística o los intereses subjetivos han sido un problema insoluble en las determinaciones a nivel de Gerencia Deportiva. Cuando José María Buljubasich negó los requerimientos de un entrenador de turno, dejó fuera valores que han triunfado en otros equipos (Pedro Hernández, autor del gol en la final del 2013 y ofrecido gratis con anterioridad). En el momento en que quiso apegarse a las peticiones de otros, aceptó jugadores que no poseían la jerarquía para ponerse la franja (Ramiro Costa).
Es necesario entonces que vuelvan al club personas emblemáticas, con plena vigencia y ojalá un pasado en el club que brinde un respaldo en momentos de crisis. Al mismo tiempo, el liderazgo del club no puede ser un pasatiempo o trabajo alternativo, requiere conocimientos futbolísticos y compromiso. Ninguna de esas características han sido demostradas por Luis Larraín, quien en lugar de acercarse a los hinchas bloquea en las redes sociales a quienes piensan distinto.
Estas sugerencias no buscan otro objetivo que devolverle la alegría a los hinchas.
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