lunes, 3 de febrero de 2020

📇 Las cosas como son, la violencia y el objetivo


Cristian Berríos


Parte 1: Las cosas como son.

Un nivel de razonamiento básico nos lleva a la siguiente reflexión: “¿Te imaginas si todos fuéramos iguales?, nos vestiríamos de la misma forma y pensaríamos lo mismo”. En la práctica, ocurre algo más o menos similar. Puedes marchar por una causa que te represente, por ejemplo, a favor o en contra del aborto, y en algún lugar de la ciudad encontrarás banderas, pañuelos o poleras con frases afines a tus ideas, formarás parte de un grupo o una multitud donde tu voz será una más. En el estadio coincidimos con las camisetas, con los colores, y no siempre con las ideas o los objetivos.

Algunos les gusta el toque, la tenencia infinita y la rotación de balón, los “ole, oleee”, que no son otra cosa que una evocación a los brutales eventos taurinos, y los lujitos intrascendentes. A otros nos representa el fútbol más vertical, convertir un gol y defenderlo, para aprovechar los espacios, tocar el balón tres veces en el partido, meter tres goles, cerrar el arco y si quieres espectáculo vamos al cine, pero a fin de año vas a levantar la copa. Un equipo que juega horrible y gana apenas sus partidos es un justo campeón. Un equipo que gana 10-0 varios partidos, con baile incluido, y pierde los puntos necesarios para consagrarse queda a mitad de camino. ¿Estás de acuerdo? No espero que lo estés. No hay verdades absolutas. El equipo de Acosta y Gorosito, que también integraban Ardiman, Vázquez y Olmos, llenó los estadios, dio espectáculo y ganó la Interamericana. ¿Te das cuenta como de una verdad absoluta, con argumentos objetivos, se abre otro debate? Imagina en la política.

Para ser consecuente, convengamos que hablar de derechos humanos no es un asunto político, ni significa avalar otras acciones. Condenar la violación de niñas haitianas por parte de militares chilenos no significa aplaudir el saqueo de un supermercado. Los empates tienen por el suelo a los mínimos éticos, desde la perspectiva científica, o la escala valórica, para quienes lo ven desde una visión religiosa. No puedo poner el techo de una casa si no hay tijerales ni muros. Y no puedo cambiar a alguien por imbécil o equivocado que me parezca su pensamiento. Las cosas son como son, no como quiero que sean. Eso sí, cada uno es libre de expresarse.

Parte 2: La violencia.

Desde que ocurrió el estallido social, uno ha perdido la capacidad de asombro. Para quienes vivimos la dictadura, eso es mucho decir. Cuando era niño no razonaba del todo por qué un padre era capaz de inmolarse, quemarse vivo en palabras simples, por la impotencia que le provocaba la desaparición y tortura de sus seres amados. Hoy en día, que soy viejo, me emociona el amor que debe sentir alguien por su sangre para realizar un sacrificio así. Un amigo de apellido Larraín, como pudo ser Pérez o González, da lo mismo, debatía conmigo en Facebook hace un tiempo. No entendía por qué Carabineros una vez entró en mi casa y apuntó a mis padres con armas. Me preguntaba qué habían hecho mis padres. De acuerdo a la lógica de una parte de la población, Carabineros está para proteger a la ciudadanía y es absolutamente impensado que pudieran cometer crímenes. En la realidad sabemos que pueden equivocarse, como cualquier otro ser humano, y que otros son simplemente pedófilos, torturadores y asesinos, que no cometen errores sino horrores y delitos.

La violencia existe, de lado y lado, aunque las responsabilidades sean distintas. Los muchachos que festejan el Año Nuevo todas las noches bombardeando comisarías, estés de acuerdo o no con sus procedimientos, no juraron defender a la patria ni a los ciudadanos. El carabinero que decidió acelerar el camión para matar a un joven sí lo hizo. Chile se ha convertido en una sociedad de innumerables detonantes de violencia. La gente se putea por nada en las calles.

Y la violencia llegó a San Carlos de Apoquindo, que es un estadio familiar, con una parte del público ampliamente favorecida en términos económicos, como tú quieras, pero un escenario o punto de encuentro social al fin y al cabo. Tarde o temprano se representaría lo que ocurre en el país. Es decir, olvídate de “nunca imaginé que esto ocurriría en San Carlos”. Si fue planificado, con fines políticos, si estás de acuerdo o repudias tales hechos, no cambia la posibilidad latente de que ocurriera, más aún cuando se propagaba la idea de que el año pasado si se pudo jugar. Si es una consecuencia natural del movimiento social o una profecía autocumplida mediante premeditación, caeríamos en especulaciones parecidas a “Es imposible que un Carabinero acierte a un ojo a la distancia” y existen francotiradores. Bueno, hubo hinchas concertados a lo largo del país que deseaban suspender la fecha. Hay un propósito detrás de eso. ¿Qué tanto te hace ganar o perder el medio que utilizas para lograr un objetivo? A nivel de sociedad, nos acostumbramos a ser escuchados mediante la violencia, pero no comenzó destrozando tablones. Fue mucho antes.

Quizás un lienzo que diga “Apruebo” equivale a más tablones rotos, rejas abiertas y vidrios destrozados de los que puedas imaginar. Esa es mi forma de pensar y no deseo imponerla. Preferiría a Aued festejando un gol junto a ese lienzo y no sacando tablones. También nos ahorraríamos muchos momentos de ira si Carabineros de Chile dejara de matar persones inocentes. Nunca más aplaudan a esos asesinos. Los aplausos son para Munder, Valencia y Saavedra. Aplaudan a Dituro que es un crack de nivel internacional. Los que iban al estadio desde los tiempos en que Carabineros favorecía a la Garra Blanca y Los de Abajo por sus orígenes pinochetistas, recordarán que repartían palos sin preguntarnos si éramos de izquierda o derecha. Por eso la barra cantaba “Yo soy cruzado de corazón y no me importan los pacos culiados”. Y cantaban todos, sin importar los estratos sociales. Ahora leo frases como “Llevo años yendo al estadio y jamás he tenido un problema con Carabineros, porque no me he entrometido en actividades delictuales”. Hermosa experiencia, a algunos les tocó agarrarse con la barras rivales y con Carabineros para salir vivos de un estadio. No les aplaudan. Y bien bueno el gol del Pájaro, a quien sugerí para este plantel, pero tampoco lo aplaudamos. Casi se me agranda el Pájaro y en vez de meternos uno nos mete otro más. Hay que esperar a que terminen los partidos y ahí lo ovacionan. ¿Para qué me agrandan el Pájaro? Me lo agrandaron no más, mejor tarde que nunca.

Parte 3: El objetivo.

Si pones una mano en tu corazón, todos los cruzados queremos el campeonato y un cambio en el país en que vivimos. Si Piñera llegó al 6% es porque existen razones transversales para cuestionarle. Los adversarios siguen siendo Colo Colo y Universidad de Chile. El enemigo es la indolencia que nos hace indiferentes al sufrimiento humano, provenga de donde provenga.

Católica es nuestra familia. En las familias hay fachos, comunistas, amarillos, no me vengan con la webada de que están todos alineados. Nadie te pedirá que calles tus ideas.

En cada familia hay un tío que si hubiera tenido bazuca la lleva al Cajón del Maipo en 1986. Y yo tengo otro tío que idolatraba al genocida. Cuando tomaron preso a su general en Inglaterra, el tío Manolo proponía capturar a los embajadores de España y Reino Unido hasta que lo liberaran. Mira la weá para grande, sin pies ni cabeza. Eso lo lees en Twitter y termina en puteadas, pero era su volada. No tengo dudas que rechazará la nueva constitución. Para él un amarillo y volteado como Pepe Auth debe ser de extrema izquierda, pero quizás ama en secreto a Camila Vallejo. Y debe odiar a Alberto Plaza porque él es zorra y el otro madre, si me perdonan un paréntesis de obsoletos insultos patriarcales.

Otros esperan que se apruebe. Si contiene derechos elementales, que hasta ahora no se cumplen, las leyes abusivas pasarán a ser objetadas y declaradas inconstitucionales por un Tribunal constitucional. ¿Qué me gustaría? Que no hubiera tantos niños sin futuro en las calles, ni abuelitos trabajando hasta que se caen muertos. Para cambiar esa realidad, además de leyes y constituciones, se requiere de voluntad, conciencia y generosidad. Hace un par de años, los niños de un colegio al verme con algún lujo de más me dijeron “que parecía narco". Y ese era su mejor piropo. No querían ofenderme si no dejarme en alto, según la realidad en que viven. A algunos les puede dar igual, a mí no.

Quiero que Católica sea tricampeón. Esta es la mejor oportunidad que vamos a tener en muchos años. Ojalá Dios quiera que ganáramos todo lo que nos propusiéramos. La vida me enseñó que tiene momentos buenos y de los otros. Siempre debes estar dispuesto a comenzar de nuevo, pero no me gustaría que dejáramos pasar este lindo momento de nuestro club. Olvídense de los tablones en la cancha o las bengalas, eso ya pasó y se produjo la catarsis que en algún momento iba a ocurrir. No es mi intención juzgar. La hinchada de Católica cumplió y otros, que tenían más responsabilidad, evadieron su compromiso. Colo Colo ya recibe bastante ayuda de la ANFP para que nos demos el lujo de que nos suspendan el estadio. ¿Sabes como llegué a dimensionar lo que significa San Carlos de Apoquindo? Entiendo que muchos recuerden Independencia como un estadio en medio de barrios populares, aunque en rigor nunca fue tan así. Perdimos el estadio para dar paso a poblaciones y Santa Laura quedó tan cercado que cuando un vecino hace una parrillada hasta el Mono Sánchez llega con un plato. El jugador que es reemplazado sale de la cancha y sube a una micro. Al final los weones tienen que devolverse desde Huechuraba. Aún vive mucha gente querida ahí, los cruzados estamos en todos lados. 

San Carlos de Apoquindo es un territorio conquistado para el pueblo en una comuna privilegiada, así como estos colores se adueñaron de los corazones de estudiantes y trabajadores. Al principio llegabas ahí atravesando parcelas, por lo tanto era una zona rural, al igual que gran parte de Santiago. Ojalá todos conociéramos París y tomáramos melón con vino en Cartagena, la vida no es una experiencia agradable para personas cerradas de mente. En un tiempo eres feliz y no lo sabes, luego descubres que cada día es un regalo, un regalo de calzoncillos y calcetines de esos que te llegaban en vez de juguetes. No es como uno se imagina, es como es.

Eso sí, no soporto a quienes te fuerzan a ir de la mano con personas que detestas, sean de tu propio equipo o de otro. Los que tenían pensado decir “trató de quedar bien con todos” pueden ir metiéndose el argumento en el culo, porque nadie debe ser obligado a hacer algo que no siente. Lo ideal es que tengamos un mínimo de respeto. Algunos entenderán, otros no. Sin embargo, vamos a necesitar muchas voces para el gran estruendo que significaría el logro que más anhelamos, un gran paso para el club estudiantil que hizo mejor a Chile desde 1937, e incluso antes en el amateurismo, el amado Club Deportivo Universidad Católica, nuestra familia.



Columna de Razta [Recopilación total]

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo en muchos de tus argumentos. Catolica es transversal que quede claro eso !!
    Saludos

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