Por @ProfesorBerrios
Fotos: Revista Estadio
A comienzos de febrero de 1949, la noticia fue recibida con absoluta incredulidad. ¿José Manuel Moreno venía a Chile? Se trataba de un rumor tan optimista como impensado. El Charro era un jugador reconocido a nivel mundial. Los trascendidos indicaban que estaba muy cerca de venir a Universidad Católica, un equipo apasionado y sin muchos recursos, cuya mística provenía del alma mater y el entusiasmo incombustible de sus huestes juveniles.
José Manuel Moreno había ganado seis títulos de primera división y cuatro torneos de copa con River Plate, además de un título en la primera división de México con el equipo España. A eso se adicionaban cuatro Copa Aldao, competición que enfrentaba al campeón argentino y uruguayo, oficial para ambas asociaciones. Tras su incursión en tierras mexicanas había vuelto a su país en gloria y majestad consagrándose campeón en 1947. Era la principal figura y referente de su selección. En 1941 y 1947 había ganado la Copa América, en ese entonces denominada Campeonato Sudamericano. Junto a Herminio Masantonio, fue goleador del torneo continental en 1942 y mejor jugador de la mencionada edición de 1947. Como si fuera poco, había integrado "La máquina", como se apodaba a un implacable equipo de la banda sangre, en compañía de otros astros: Juan Carlos Muñoz, Adolfo Pedernera, Ángel Labruna y Félix Loustau.
Fotos: Revista Estadio
A comienzos de febrero de 1949, la noticia fue recibida con absoluta incredulidad. ¿José Manuel Moreno venía a Chile? Se trataba de un rumor tan optimista como impensado. El Charro era un jugador reconocido a nivel mundial. Los trascendidos indicaban que estaba muy cerca de venir a Universidad Católica, un equipo apasionado y sin muchos recursos, cuya mística provenía del alma mater y el entusiasmo incombustible de sus huestes juveniles.
José Manuel Moreno había ganado seis títulos de primera división y cuatro torneos de copa con River Plate, además de un título en la primera división de México con el equipo España. A eso se adicionaban cuatro Copa Aldao, competición que enfrentaba al campeón argentino y uruguayo, oficial para ambas asociaciones. Tras su incursión en tierras mexicanas había vuelto a su país en gloria y majestad consagrándose campeón en 1947. Era la principal figura y referente de su selección. En 1941 y 1947 había ganado la Copa América, en ese entonces denominada Campeonato Sudamericano. Junto a Herminio Masantonio, fue goleador del torneo continental en 1942 y mejor jugador de la mencionada edición de 1947. Como si fuera poco, había integrado "La máquina", como se apodaba a un implacable equipo de la banda sangre, en compañía de otros astros: Juan Carlos Muñoz, Adolfo Pedernera, Ángel Labruna y Félix Loustau.
El historial futbolístico de Moreno es ampliamente conocido, pero ¿Qué características tenía dentro de la cancha? Alfredo Di Stefano, el crack argentino que encandiló a Europa jugando para el Real Madrid, confesó que había aprendido del Charro su maniobra de ir a buscar el balón en área propia y llegar al área contraria para anotar. Poseía un juego aéreo formidable. Daba la sensación de mantenerse en el aire cuando saltaba a cabecear, apreciación que también generaría Pelé, años más tarde. Era fuerte físicamente. No conseguían desestabilizarlo "poniéndole el cuerpo". Sin embargo, poseía un "amague", "gambeta", "finta" o "regate" únicamente comparable al denominado rey del fútbol y a Diego Maradona. En resúmen, Moreno era un jugador extraordinario, muy talentoso, fuerte, como pocas veces se había visto en un artista de su categoría, además de ganador, dentro y fuera de la cancha.
La prensa calificó la noticia como "imposible y absurda". Solicitaron a José Manuel Moreno que posara para una fotografía con la camiseta de la franja en un hotel de Buenos Aires y, recién entonces, al contar con tal elocuente testimonio, creyeron que las negociaciones eran reales. Luego de la incredulidad vinieron los cuestionamientos. ¿Cómo Universidad Católica financiaría la contratación de José Manuel Moreno? En esa década, la franja había deambulado en la medianía de la tabla, contaba con 9 mil socios y unos 2.500 con las cuotas al día. 1.050.000 pesos para River Plate y 396.000 para Moreno, más premios por cada punto ganado en el campeonato. En total, el equipo cruzado cancelaría $1.446.000 por un contrato de dos años. Era una época dura para el aún lozano futbol chileno.
La prensa calificó la noticia como "imposible y absurda". Solicitaron a José Manuel Moreno que posara para una fotografía con la camiseta de la franja en un hotel de Buenos Aires y, recién entonces, al contar con tal elocuente testimonio, creyeron que las negociaciones eran reales. Luego de la incredulidad vinieron los cuestionamientos. ¿Cómo Universidad Católica financiaría la contratación de José Manuel Moreno? En esa década, la franja había deambulado en la medianía de la tabla, contaba con 9 mil socios y unos 2.500 con las cuotas al día. 1.050.000 pesos para River Plate y 396.000 para Moreno, más premios por cada punto ganado en el campeonato. En total, el equipo cruzado cancelaría $1.446.000 por un contrato de dos años. Era una época dura para el aún lozano futbol chileno.
Sólo había dos estadios que pertenecían a clubes: Independencia y Santa Laura. En ese entonces, hubo equipos que adquirieron terrenos y luego renunciaron o postergaron el sueño de una cancha propia para solventar gastos. No podían pagar las cuotas de la compra de bienes raíces. Parecía una locura que dado ese escenario un equipo pensara en traer a un astro de nivel mundial.
El acuerdo finalmente se realizó. Fue recibido en el aeropuerto con gran efusión por dirigentes e hinchas del club. Recorrió la Pontificia Universidad Católica. La primera vez que se juntó con sus compañeros, Moreno se hizo sentir de inmediato en el grupo. Hizo bromas y comentarios que no dejaban a nadie indiferente.
Consideró que algunos jugadores estaban "fuera de forma". Cuando supo que Andrés Prieto arrastraba una suspensión de seis partidos preguntò "¿A quién mataste". En su primer encuentro de entrenamiento, el popular Charro anotó un gol de "palomita". Era tanta la admiración que producía su presencia que los rivales de aquella práctica, los jugadores de "Maderas Fénix", solicitaron a Moreno que se tomaran una fotografía.
Diez mil personas acudieron a un amistoso entre Universidad Católica y Colo Colo para presenciar el primer partido de José Manuel Moreno en Chile. Mostró sólo una mínima parte de su talento. La franja venció por 2-0. Su verdadero debut por los puntos fue en una derrota por la Copa de Preparación ante Everton en El Tranque, como era conocido en esos años el Estadio Sausalito. El Charro Moreno confesó que estaba nervioso. ¿Por qué un astro de ese nivel se pondría nervioso en un simple partido de un torneo que era considerado menor? Sin duda, porque la vida misma nos obliga a estar siempre dispuestos a comenzar. José Manuel Moreno fue sacado en andas de la cancha. Hinchas de ambos equipos estaban felices de que un jugador así viniera a nuestras canchas. En la Serie B del Campeonato de Preparación o Torneo de consuelo, Moreno realizó un notable partido ante Universidad de Chile. La franja derrotó a su clásico rival en penales y avanzó a la siguiente ronda del minitorneo, donde posteriormente ganaría por 3-2 a Badminton en la final.
Un viaje relámpago del equipo a Mendoza, ciudad en la cual quedaron gratamente impresionados con el equipo cruzado, conspiró contra un mejor debut del astro en el Torneo Oficial. Había sido muy maltratado en tierras argentinas y jugó ante Iberia con varios moretones en las piernas. De ahí en adelante todo fue un espectáculo.
Era amante de la noche como ninguno. Alberto Buccicardi y Sergio Livingstone pasaban a buscarlo a prostíbulos para que llegara al primer entrenamiento de la semana. El legendario arquero contó que estando en México el Charro había peleado con Kid Azteca, Pedro Villanueva Páramo, boxeador profesional, y no cedió un centímetro.
Para el mundo perdurará su legado dentro de la cancha. Cuando era niño fue fanático del club Boca Juniors, sin embargo el club que amaba no lo seleccionó en una prueba. El destino quiso que brillara en su clásico rival. Ese afán de nunca darse por vencido y el gusto por los nuevos desafíos lo trajo a Chile, pese a que manejaba ofertas de otros países.
Antes del partido decisivo por el campeonato ante Audax Italiano, el campeón vigente, se decía que el Charro no podría jugar. La expectativa crecía a medida que se acercaba el día del partido. Se cuentan muchas historias acerca de si estaba lesionado o perdido, pero apareció junto al equipo. Cuando más lo necesitaba Universidad Católica, mostró su indiscutible jerarquía.
Junto a Sergio Livingstone, Fernando Roldán, Jaime Vásquez, Rodolfo Almeyda, Hernán Carvallo, Andrés Prieto, Fernando Riera, Federico Monestés, Lindorfo Mayanés y Raimundo Infante, entre otros, el Charro Moreno llenó de gloria a Universidad Católica. Los hinchas exhibieron un cartel con la palabra "¡Campeones!", que había nacido en sus entrañas como un grito apremiante y ahora era una realidad. El club aumentó la cantidad de socios, colmó de espectadores los estadios, sus ramas deportivas se fortalecieron y numerosas generaciones de niños se pusieron la franja en el pecho.
Columna de Razta [Recopilación total]
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