sábado, 9 de septiembre de 2023

📇 La más veloz en la historia del atletismo chileno



Cristian Berríos
Publicado el 9 de septiembre de 2023
Actualizado el 17 de noviembre de 2023

Fotos: 
Óscar Muñoz Badilla
Archivo Isidora Jiménez
Archivo Columna de Razta
IND


Parte I: La noble ambición de competir 

Era una mañana de fin de semana en el Estadio Nacional, probablemente en el interclubes Mario Correa Letelier, disputado en mayo de 2014. En esos años, Isidora Jiménez corría por el Club Manquehue. 

Se acercó a Carlos Moreno, su entrenador, y le dijo que quería correr. Aunque el día anterior ganó la prueba de 200 metros planos, había sufrido una molestia. Entonces, recibió la respuesta que corresponde en esos casos. En la pista una atleta olvida todo lo demás y podría ser contraproducente presentarse dando ventajas físicas. Ella bajó la cabeza, con una mezcla de fastidio y resignación, pero con mucho respeto y entendiendo la posición de su entrenador, un recordado atleta nacional. Obviamente, su molestia no era con él. De hecho, se despidieron con amabilidad.


En ese entonces, Isidora ya contaba con múltiples récords nacionales de velocidad a nivel individual y en relevos en las categorías Sub 23, Juvenil y Menores. Y también a nivel adultos, porque el año anterior había bajado el récord de Daniela Pavez (11,60), vigente desde 2011, instaurando un tiempo de 11,57. En 200 metros planos había establecido en 2012 un nuevo récord adulto, 23,52, corriendo en Medellín. De paso, se había ubicado novena en el Ranking Mundial Junior. 

No sólo conocía de plusmarcas sino de podios a nivel internacional. En una etapa muy temprana de su carrera, festejó el oro en los 100 y 200 metros del Sudamericano de Menores de Santiago 2010. Había logrado bronces en los relevos 4x100 y 4x400 del Sudamericano de atletismo de Buenos Aires 2011; oro en el relevo 4x100 y la plata en 200 metros planos del Sudamericano de atletismo de Sao Paulo 2012;  un bronce en el relevo 4x400 de los Juegos Bolivarianos de Trujillo 2013; preseas de plata y bronce en los relevos 4x100 y 4x400 de los Juegos  Suramericanos de Santiago 2014. Como si fuera poco, había participado en el Mundial Junior de Atletismo de Barcelona 2012, donde avanzó a semifinales y batió el récord chileno adulto con 23,42, y en el Mundial de Atletismo de Moscú 2013, convirtiéndose en la primera velocista en clasificar a un evento de esa categoría. 


Volvamos a esa jornada de 2014 en el Estadio Nacional, con los escasos y fieles seguidores que suelen acompañar algunos torneos interclubes o los campeonatos nacionales, una mañana fría de mayo. Esa joven que provenía de Concepción, descubierta por Jorge Grosser en un torneo escolar, que ya era una realidad en su deporte, poseedora de logros objetivos y difíciles de alcanzar para otras exponentes, demostraba que su compromiso por el atletismo y su espíritu de superación iba más allá de una prueba o una medalla. Amaba lo que hacía. 

Sin duda quería competir porque es lindo correr. Es una mezcla perfecta entre esfuerzo, equilibrio y libertad. Para eso entrenan cada día y luego se sumergen en un barril con hielo. En el caso de las pruebas de velocidad, cada detalle cuenta. Lo dan todo en escasos segundos y luego caminan por la pista, mientras recuperan el aliento, pensando en aquello que faltó o como se sintieron, o cuando se frenaron y comenzaron a impulsarse con el envión. Para eso se preparan, como si la competencia soñada fuera esa misma semana, siempre buscando la mejor marca de la temporada o llegar en óptimas condiciones a los desafíos más importantes. 

Aquella noble ambición, en el caso de Isidora, estaba lejos de disminuir por una foto más o menos, una frustración pasajera o una lesión. Iría por más, a toda prisa, evidenciando el empuje propio de las personas distintas. 


Parte II: El desafío de superarse en algunas de las pruebas más competitivas del mundo 

Las pruebas de velocidad no sólo implican muchísimo trabajo, como, por cierto, el deporte en general, sino lidiar con varios temas. En Chile, por ejemplo, el paso de juveniles a adultos involucra una serie de decisiones personales que suelen disminuir la cantidad de deportistas realmente competitivos. Entremedio, hay diferencias lógicas entre los objetivos personales y las expectativas del resto. 

La gente en ocasiones pide medallas olímpicas en pruebas donde por biotipo pueden haber decenas o centenas de deportistas en el mundo que corren con ventaja, que también trabajan durísimo cada día, y que en algunos casos se amparan en políticas nacionales de uso de sustancias, las cuales son prohibidas cuando ya se usa una nueva. O simplemente se reiteran los casos de dopaje, siendo países como Bélgica, Brasil, Reino Unido, Polonia, Estados Unidos, Turquía y Francia algunos de los más infractores. 

Antes de la prueba de invitación Sub 23 del Metropolitano Juvenil 2014

Pese a este panorama, atletas como Isidora Jiménez, en su abrumadora mayoría, se preparan y compiten sin otra herramienta o sustancia que su esfuerzo y perseverancia. Hay una progresión en sus logros. Hubo sensaciones en los primeros meses de cada temporada que más tarde se reflejaron en resultados. Compiten de acuerdo a sus sacrificios personales y las condiciones que presenta cada evento. Se cambian en el suelo o bajo un toldo del Mario Recordón, pasan desde el exterior del Nacional a la pista, con los camarines generalmente cerrados. En cuanto al recinto Eliana Gaete Lazo, es uno de los mejores del país, porque al menos cuenta con baños para uso de deportistas, aunque les queden un poco lejos. Ahí estaba ella, dando la lucha en el Villa María, Verbo Divino o entrenando en otros recintos, pues también los deportistas nacionales deben ajustarse a las necesidades del entrenamiento, el team con el cual trabajan o la disponibilidad del recinto. 

¿Por qué es necesario hacer esta contextualización? Porque Isidora comienza a tener más exposición mediática, con los pros y contras que aquello conlleva, pero al mismo tiempo vivía el día a día en la realidad del atletismo nacional. Seguía siendo la misma. Llegaba a los recintos deportivos con su bolso, saludaba cordialmente a sus amigas o cercanos, como la mencionada Daniela Pavez, una deportista histórica de la velocidad y salto largo, o Alejandra Figueroa, que ha tenido logros internacionales en la categoría Master. Escuchaba música para motivarse, realizaba la preparación física, se concentraba al máximo e iba a la partida para mostrar su arte, tal como Viviana Olivares, Josefina Gutiérrez y Macarena Borie en damas, Enrique Polanco en varones, que años más o menos son velocistas contemporáneos. Antes de irse, alguna niña o un niño le pedían una foto y ella accedía, con la mejor disposición. 

En el Orlando Guaita 2015

Podría ser que en ese panorama transcurriera la carrera de una deportista, que visualizara su propio techo, sopesara los obstáculos para competir en otros niveles y se conformara con seguir ganando a nivel local. Este conformismo no era concebible en su mentalidad. Había conocido el ambiente competitivo de los mundiales junior y adulto. Analizaba sus actuaciones con un nivel de autocrítica inusual. Además, su entrenador Carlos Moreno cumplía el rol de motivador. Velaba porque se mantuviera enfocada y diera lo mejor en cada entrenamiento. 

En ese momento, la encontramos en San Carlos de Apoquindo una tarde. Estaba echando la talla con un par de amigos y, tras las explicaciones de rigor, accedió a dar la nota sin problemas. Preguntamos por su actuación en Santiago 2014. Pese a que había obtenido medallas en los relevos, se notaba que no estaba conforme con su desempeño, aunque había tratado de dar lo mejor por Chile. Exámenes posteriores al evento demostraron que tenía anemia. Aún así, terminó la temporada con una medalla de plata en los 200 metros del Sudamericano Sub 23 de Montevideo. 


Después de descansar, como fue la recomendación médica, comenzó a preparar la temporada siguiente. Esta vez contaba con un equipo multidisciplinario, integrado por un  doctor, masajista, psicólogo, quiropráctico y kinesiólogo.

Video: Team Chile

En 2015, batió récords por partida doble. Seguía siendo Sub 23 (tenía apenas 21 años) y al mismo tiempo continuaba haciendo historia a nivel adulto. El escenario donde cumplió una de las mejores actuaciones de su carrera fueron los Juegos Panamericanos de Toronto, cita a la cual asistió como abanderada. Su elección provocó un pequeño revuelo. Y supo responder en la pista: Registró 11,33 en 100 metros planos y 22,95 en 200. En el Sudamericano de Atletismo de Lima 2015 se quedó con la plata en 100 y 200 metros planos, y obtuvo bronce en el relevo 4x100. 

En 2016, obtuvo tres medallas de oro y tres de plata en torneos Grand Prix; oros en 100 y 200 metros del Campeonato Nacional de Medellín, y un bronce  en los 100 metros del Iberoamericano de Atletismo de Río de Janeiro. 

Por otra parte, cumplió uno de los hitos soñados para cualquier atleta, competir en los Juegos Olimpicos. En la máxima cita deportiva de Río de Janeiro registró un tiempo de 23,29, aunque sufrió un episodio de  hernias y discopatía.


Parte III: Los mejores colores 


A esas alturas, consolidada desde hace tiempo como un rostro reconocible del Team Chile, era válido preguntarse para quienes llevamos en el corazón a Católica en todos los deportes ¿Cuándo correrá por nosotros? O de plano ¿Cuándo se integrará en forma definitiva? Por lo menos había competido muy poco por Santiago, rival tradicional en los interclubes, y los puntos que sumaba para Manquehue no hacían daño en los recuentos generales, sin ánimo de ser irrespetuosos. 


Atletismo UC ya contaba con deportistas destacados a nivel nacional o internacional, en muchos casos en ambos ámbitos, como Fernanda Mackenna, María José Echeverría, Enzo Faulbaum, Norka Moretic, Joaquín Ballivián, Claudio Romero, Ivana Gallardo, Macarena Fuica, Victoria Fernández, Camila Arrieta, Catalina Ossa, Diego Delmónaco, Javiera Brahm, Felipe Fuentes, Antonia Crestani, Valentina Salazar, Sergio Germain, entre otros. Faltaba Isidora. 


Este paso se da en la antesala del mejor momento de su carrera. Esta temporada resultará decisiva para determinar lo ocurrirá en la siguiente. En cuanto a su arribo a la rama cruzada de atletismo, no lo hace en soledad, porque Daniela Pavez, su amiga y parte del team de entrenamiento, regresó tras largos años al Club Deportivo Universidad Católica. Estaba su familia deportiva apoyándola y prevalecían las ganas de competir. 


Ganó el oro en los 100 metros planos del Torneo Nacional de Velocidad, Saltos y Combinadas; el oro en 100 y 200 metros del Orlando Guaita; el oro en 100 y 200 metros planos del Campeonato Nacional Adulto y Juvenil; y el oro en 100 y 200 metros del XIII Gran Premio Ayto de Palencia, España. 

Video de nuestro archivo 

Parecía otra temporada soñada. Seguía haciendo historia al participar en el Mundial de Atletismo de Londres en agosto de ese año. Sin embargo, algunas lesiones le pasaron la cuenta y en los 200 metros planos no pudo reeditar su mejor tiempo de la temporada, que fueron 23,33, finalizando su participación con 23,89. 

Luego de su actuación surgieron críticas, tal vez innecesarias, porque finalmente el mejor juez es el cronómetro. En la vida de los deportistas, sobre todo tratándose de los medios, e Isidora sabrá de eso porque estudió periodismo, muchas veces el negocio consiste en hacer evidente lo obvio. 


Cuando se obtienen logros, sobran los aplausos, las sonrisas y las fotos. Se transmite la imagen triunfadora de una deportista. Y si pasa por un momento complicado, también se intenta sacar réditos, mejor aún si hay polémica o se puede generar una. Y así como no hay micrófonos o cámaras para transmitir las profundas carencias del atletismo chileno, la falta de apoyo para los menores, momento en el cual se traza gran parte del destino de un atleta de alto rendimiento, si las hay para crear roces por la votación popular de una abanderada, o por una actuación por debajo de las expectativas, debido a dolencias que se arrastraban de temporadas pasadas. Falta cultura deportiva, como dijo en una oportunidad la propia velocista, y para crearla o contribuir a ella se deben unir todos los estamentos, privilegiando la técnica y belleza de cada disciplina, la información oportuna, las mejores condiciones para los deportistas y los espectadores, por sobre los sensacionalismos. 


Era el momento de volver a encontrar su centro, replantearse los objetivos o seguir las metas trazadas de antemano con una fuerte convicción. Nuevamente la labor de Carlos Moreno y Daniela Pavez fue importante para brindarle apoyo, respetar su espacio  y motivarle. No se equivocaron. 

En 2018, partió el año silenciando a quienes la habían tratado de diva en una nota y jubilado siendo aún una realidad para nuestro deporte y, por sobre todo, una atleta joven con muchísimo potencial. Pocos entienden que una deportista no puede vivir con el celular en la mano. Necesita entrenar, recuperarse, comer y descansar. Por supuesto, debe tener una vida para sí misma. Los medios se van a ambos extremos, desde colapsar el WhatsApp de una atleta a ignorar a otros por completo. Cuando  arrastren miles de personas a los interclubes, campeonatos nacionales o a los meetings, cuando promuevan los estadios llenos en deportes menos masivos, ahí tendrán más puntos de prensa para los deportistas y podrán entrevistarles en vivo. Hasta ahora, para ser justos, se cuentan con la mano los medios que han sido consistentes en sus áreas deportivas, más allá de unos Juegos Panamericanos u Olimpiadas.


Isidora nuevamente hablaba en la pista, que es el lugar más relevante para una atleta. Consiguió un nuevo récord de Chile al cronometrar 7,38 segundos en los 60 metros planos del campeonato FPA de Brasil, el octavo mejor registro de la historia en esta prueba a nivel sudamericano, quedándose también con el oro. Meses después volvió a establecer el récord chileno de los 100 metros planos con un tiempo de 11,19 (Viento de -1.2 m/s). 

Durante la temporada, subió al podio en el Orlando Guaita, obteniendo la medalla de plata; ganó oro y plata en 100 y 200 metros del Grand Prix de Medellín; obtuvo plata en el relevo 4x100 de los Juegos Suramericanos de Cochabamba, y el oro en 100 y 200 metros de los primeros Juegos Panamericanos Universitarios.

En 2019 potenció su carrera en España, obteniendo el oro en los 60 metros de la Copa de la Reina en Sabadell, bronce en los 200 metros del Trofeo Internacional de Atletismo Salamanca y plata en los 100 metros del Torneo Diputación de Castellón José A. Cansino. En el Grand Prix de Cochabamba ganó el oro en 100 y 200 metros. 


Parte IV: Volver a correr

Ya sabemos lo que ocurrió en 2020 a nivel mundial. Por su parte, Isidora se había casado el año anterior y estaba radicada en España. Volvía para competir unas semanas en Chile y regresaba a su nuevo hogar. En uno de esos retornos, la pandemia forzó que permaneciera largos meses en el país, y debió trabajar la ansiedad e incertidumbre que le provocaba no poder ir a entrenar, o competir con regularidad, en sus escenarios favoritos. Junto a otros deportistas trabajaba por zoom. 

A través del Ministerio del Deporte y el IND consiguió un salvoconducto para retomar los entrenamientos en el Eliana Gaete Lazo, su casa, una pista donde ha escrito gran parte de su historia. Sin duda, fue un alivio y una liberación para ella, pese a que había que respetar las distancias y normas sanitarias. 

El regreso al entrenamiento en San Carlos de Apoquindo

En su regreso a las competencias en Chile, se impuso en los 100 y 200 metros del Campeonato Nacional de Velocidad 2021, con un tiempo de 11,72 y 23,54, respectivamente. Luego subió a lo más alto del podio en la prueba de 200 metros del Campeonato Nacional Adulto. En los 100 metros, Isidora Jiménez y María Ignacia Montt llegaron prácticamente juntas a la meta. La decisión por photo finish favoreció a María Ignacia, que también representaba al CDUC. 


A principios de 2022, se manifestó consciente de que las lesiones, entre otros factores, habían afectado su rendimiento. Tenía 28 años y confiaba en recuperar su nivel, considerando que hay velocistas que llegan a su mejor rendimiento a los 30. En los Juegos Suramericanos de Asunción integró el relevo femenino que se quedó con la medalla de plata. 


Este año fue parte del relevo 4x100 que ganó la medalla de plata en el Sudamericano de Atletismo de Sao Paulo. 


El gran desafío de Santiago 2023 asomaba como otro punto de inflexión en su carrera. Sin embargo, la atleta nacida un 10 de agosto de 1993 en Concepción no se daría por vencida. Abordaremos este episodio más adelante. 

Al final del día, luego de estar presente en las redes, atender los llamados, cumplir con los compromisos comerciales y profesionales, queda la expresión más pura del deportista. Ese balance que se termina al cerrar los ojos y finalizar una jornada. Al otro día inicia un nueva jornada de entrenamiento. Isidora no ha parado de correr y hacer historia desde que se tomó en serio el atletismo en el ya lejano 2010. Trece años después, las responsabilidades o preocupaciones externas al deporte quedan de lado cada vez que se sitúa en el punto de partida. 


La mejor velocista del atletismo chileno no estará sola en sus desafíos. La apoyará su equipo técnico, su familia, amigos, los compañeros deportistas de su generación, la cámara siempre atenta de Óscar Muñoz Badilla, uno de los responsables de que exista un registro de tantas carreras extraordinarias, las nuevas atletas que la consideran una referente, sus múltiples fans y la gente que apoya a Universidad Católica, por supuesto, si tenerla con nosotros es jugar con la más veloz de la historia a nuestro lado. 


Parte V: El momento de hablar en la pista

El desafío de competir en Santiago 2023 forzó a muchos deportistas a aumentar las cargas en una etapa inusual de la temporada. Isidora representaría a Chile en las pruebas de 200 metros planos y el relevo 4x100. Tal fue la intensidad de su entrenamiento que en una de las prácticas rebajó su mejor marca en 100 metros planos. Si aquello hubiera sucedido en una competencia habría establecido un nuevo récord de Chile. 

Para su primera prueba conspiraron dos factores: Las condiciones climáticas, debido a que el frío nunca ha sido buen aliado para los velocistas sudamericanos; y el carril por el cual le tocó correr, uno de los menos convenientes para tomar la curva. Registró 24 segundos en la ronda clasificatoria de 200 metros. Quedó en el cuarto lugar de su serie, y fuera de la final por apenas seis centésimas. Previamente, La'nica Locker, de Antigua y Barbuda, había marcado 23,94. Pese a todo lo ocurrido ese día, envió un mensaje a cruzadas y cruzados con su mejor sonrisa, a través de la página del CDUC. 

Video de lacatolica cl

Su desempeño generó comentarios a micrófono abierto en la transmisión de Chilevisión. Las opiniones apuntaban a su vigencia como atleta y se resumía una parte de su vida privada. Eran frases lapidarias e injustas, si se considera que históricamente las pruebas de 100 y 200 metros están entre las más competitivas a nivel internacional. Por ejemplo, Sebastián Keitel en su mejor momento consiguió dos bronces panamericanos y uno a nivel mundial en pista cubierta. Sin embargo, reconocía que atletas con un nivel superior al suyo recurrían al doping y él no estaba dispuesto a hacerlo. Que fácil es hablar sin saber. Lo difícil es defender los colores de Chile, mientras otros juzgan con una soberbia que ni siquiera han mostrado grandes campeones olímpicos. En vez de detallar las opiniones de Fernando Solabarrieta, Macarena Reyes y Rodrigo Vera es preciso determinar sus consecuencias.

Isidora retornó a la Villa Panamericana con las dudas de cualquier deportista que por una u otra razón no está contenta con su desempeño. Son inquietudes que se acrecientan cuando se recibe un ataque gratuito, pero al mismo tiempo contaba con la conciencia limpia. Había trabajado en forma honesta y consecuente con sus principios. Saltando cada día ese cubo enorme que usan los velocistas, compensando con sacrificio las desventajas que se presentan dentro y fuera de la pista. Todos pueden dudar en algún momento, sentirse muy jóvenes o ya mayores. Nunca se sabe si se estará a la altura hasta que se vence un obstáculo. Es ahí donde la contención de cercanos y equipos multidisciplinarios valen más que los comentarios de afuera. Nuevamente ocurría lo mismo. Era necesario resistir y seguir luchando contra el cronómetro.  

La revancha no tardó en llegar. El relevo 4x100, integrado por Anaís Hernández, Martina Weil, Isidora Jiménez e Ignacia Montt, batió el récord de Chile con 44,35, clasificando a la final en el segundo lugar. La gente no se movió del Estadio Nacional. Pasaron las horas, algunos se levantaban para refrescarse, otros compraban algo para comer. Todos ponían atención en las premiaciones. Habia jóvenes que se ponían de pie y se quitaban el gorro en los himnos. A la hora de la final del relevo 4x100, el Estadio Nacional seguía albergando a miles de personas que esperaban ávidas el comienzo de la prueba. 

Hasta que por fin llegó el instante largamente esperado, ya estando cubierto el coliseo con el manto de la noche y encendidas las luminarias, como luciérnagas remotas que atestiguaban un trozo de la historia. Transcurrieron 44,19 segundos y se produjo un estallido. Chile había conseguido una histórica presea de plata ¿Cuál es el mérito de competir en equipo? Partamos de la base que un punto bajo en un relevo es sinónimo de fracaso. Y ella había corrido como la atleta que causó sensación más de una década antes. 



A Isidora Jiménez le había alcanzado su fuelle interno para dar una alegría más a los deportistas, estudiantes, niñas y niños que ha inspirado a lo largo de su trayectoria. Al menos eso piensan y sienten quienes siguen el atletismo y valoran a sus grandes exponentes de todos los tiempos. Con la mediocridad, conformismo o envidia nunca se consiguen logros. 


La atleta que vino desde Concepción con el propósito permanente de meterse en una final olímpica nunca se rendirá. Aquello que atesore en el proceso, mientras presente una dura batalla al cansancio, las lesiones, el conformismo y el tiempo, traerá paz a su corazón cuando decida que ya ha corrido lo suficiente.




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