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¿Has oído alguna vez acerca de los Campos Sports de Ñuñoa? Fue un estadio con una enorme historia en el fútbol chileno. En la década del 20, las canchas solían rodearse de tribunas de madera. En los Campos de Sports había tribunas de cemento, y en las veladas de boxeo, que causaban furor en las primeras décadas del Siglo XX, a menudo era necesario disponer de más localidades. Se improvisaban plateas con mesas y asientos, para las clases más acomodadas. El pueblo agotaba las populares con rapidez. En el combate del "Tani" Loayza con Luis Vicentini había más cien mil personas reunidas.
El fenómeno de "boca a boca" era más efectivo que cualquier publicidad invasiva de estos tiempos. Era una sociedad que admiraba diversas disciplinas deportivas, y veía, con creciente interés, nuestro fútbol amateur y universitario. El punto de encuentro eran los gimnasios, las piscinas, las canchas y entre ellas el coliseo más prestigioso era el ñuñoino. Cuando pasó a manos de la Pontificia Universidad Católica y la Federación UC en 1927, Campos de Sports de Ñuñoa era la casa indiscutida de la Selección chilena, incluso se había jugado un Campeonato Sudamericano en la temporada anterior.
Ya desde meses antes, el Centro Deportivo de la Universidad Católica, cuyas actividades eran programadas por la Federación UC, lo utilizaba para las olimpiadas o competencias universitarias. Al despuntar la primavera, ahí se realizaron las versiones del Día de la Universidad Católica, una jornada multideportiva desarrollada entre 1927 y comienzos de los 30. En uno de los primeros clásicos universitarios donde se tiene noticia de la disputa de un trofeo, los cruzados vencieron por 2-1 a Universidad de Chile.
Hacia fines de los 30, los días de los Campos de Sports estaban contados, por razones de fuerza mayor. Arturo Alessandri, presidente de Chile en aquella época, tenía en sus planes un nuevo estadio, una medida considerada populista debido al nivel de pobreza que había en Chile. Se estimaba que el gasto de la construcción era excesivo y que el estadio sería "un elefante blanco", como se denomina a las obras que permanecen vacías y sin uso.
¿Habría sido posible que convivieran ambos reductos? Hasta entonces no existían soluciones viales ni la cultura deportiva en nuestro país para que se ubicaran uno junto al otro, como ocurriría en la década siguiente con el Estadio Independencia y Santa Laura. La construcción del Nacional, y la apertura de Campos de Deportes, implicó la demolición del estadio que había coronado el sueño del filántropo José Domingo Cañas, propietario original de los terrenos donde fue construido.
Los hinchas del fútbol y el deporte en general criticaron la desaparición de Campos de Sports. Sin duda, atesoraban los inolvidables momentos vividos en sus instalaciones. Siendo ya del Club Deportivo Universidad Católica era un estadio muy querido por las hinchadas nacionales de ese entonces. Por un acuerdo firmado por la Asociación de Football de Santiago en 1924, que fue respetado por la nueva administración del estadio, otros equipos también ejercían la localía sobre su césped. Todos lo consideraban su casa, aunque era conocido como el estadio de Católica, como mencionaban al viejo coliseo en una columna de Pancho Serrano llamada "Viejo bate", Estadio N° 14, del 20 de marzo de 1942.
El día de la inauguración del Estadio Nacional, el presidente Arturo Alessandri fue pifiado en forma abrumadora por los miles de asistentes, aunque la causa principal de aquello fue la matanza del seguro obrero.
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