Después de cinco años y medio sin títulos en torneos oficiales, la empresa concesionaria Cruzados SADP debería poner el énfasis en fidelizar a los hinchas, ¿Cómo se logra eso? Potenciando a Universidad Católica tanto a nivel deportivo como institucional. Una buena gestión permitiría proyectar una mayor cantidad de éxitos. Además de los campeonatos conseguidos, la buena relación de un club con sus fanáticos estrecha los vínculos. Sin duda, faltas de respeto como la de José María Buljubasich a Ignacio Prieto, o la soltura con la cual Luis Larraín a través de redes sociales enrostra el título del Clausura 2016 a los hinchas, crean problemas innecesarios.
Entre 2012 y 2015, ningún hincha exigió la devolución de su dinero tras una temporada sin logros, ¿Por qué cobrar entonces por una foto con la copa?, sumando y restando los ingresos serían mínimos comparados con los costos. Por supuesto, en Europa existen tours y cobros adicionales por esta clase de iniciativas, pero allá no manosean a los hinchas a la entrada de un estadio, no exigen ser socio ni abonado para participar de encuentros con jugadores o emblemas y realizan desembolsos millonarios en sus planteles.
La empresa Cruzados SADP puede elegir entre marearse con una copa, como ocurre con las personas que poseen intolerancia al alcohol, o empoderarse como lo que es: Una concesionaria que debe aprovechar cada año de su franquicia generando millones de dólares en transferencias de jugadores, mayores recaudaciones e ingresos por concepto de transmisiones televisivas. Para valorizar aún más los pases de sus jóvenes promesas y cautivar a las nuevas generaciones, esos hinchas del mañana que con el paso de las décadas reemplazarán a los más fieles, no bastará con participar en torneos internacionales o pelear títulos sino ganarlos en jornadas inolvidables.
Cruzados SADP no es Universidad Católica, aunque los rostros que mandan a los actuales funcionarios desde las penumbras fueron aquellos que vendieron propiedades del CDUC. Marcar distancias en cuanto al aspecto financiero no impide aprovechar las virtudes de una institución cuya historia data de 1937. La concesionaria no ha realizado esfuerzo alguno por establecer vínculos con otros deportes y esa fue una de las claves que hizo de Universidad Católica un club transversal. También están en deuda con el desarrollo del fútbol femenino de la franja. En vez de una infinidad de avisos o concursos absurdos transmitidos por el locutor del estadio ¿Cuesta mucho dar unos cuantos resultados o programaciones de deportes cuyas entradas muchas veces son gratuitas? La mística no sabe de balances ni tributos, está a disposición de quienes sepan representarla. La verdadera Católica rendía homenajes en el entretiempo a sus mejores deportistas. Esa Católica respetaba a sus ídolos.
¿Quieren asumir un crédito mayor por cada logro deportivo? Refuercen el equipo con jugadores de jerarquía, generen recursos usando la imaginación, escuchen a la gente que dio gloria al club, cambien las piezas deficitarias de su organigrama por personas capaces y respeten a los hinchas. Así, aunque de igual modo un título provenga de un esfuerzo colectivo, al menos podrán jactarse de que encausaron los talentos y bríos de cada uno en la dirección correcta. Hasta ahora siembran revoluciones donde podrían cosecharse proyectos
Columna de Razta: Breve resumen de una larga historia
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