Cristián
Berríos
El
futuro de Diego Buonanotte está emparentado con el césped, las redes y el
estallido de una hinchada festejando sus goles. La vida no es un recorrido por
un parque desierto. Nunca salimos libres de errores o tristezas. En ocasiones,
nuestro presente es más espeso que un bosque. Una vez que encontramos la salida,
no podemos hacernos los desentendidos de nuestras experiencias y decisiones.
Tan cierto como aquello es que tenemos derecho a ser felices, por ejemplo,
dentro de una cancha. Y Buonanotte pintará la cara a sus rivales porque es
artista y ellos simples testigos.
La
prensa española fue clara en establecer que la responsabilidad principal de las
irregularidades en la Jefatura Provincial de Granada recaía en un vigilante,
una persona de Ciudad Real, otra de Jaén y una tercera vinculada a una
autoescuela del poniente granadino. En
el medio Ideal.es, Carlos Aránguez, profesor de
Derecho Penal y uno de los abogados de la causa, declaró: «Es una causa compleja por el importante número de personas implicadas,
no por el asunto en sí. Y este tipo de procesos suelen prestarse a un acuerdo
previo. Hallar una sala para sentar a 102 investigados con sus respectivos
abogados, no resulta fácil.»
Por
ejemplo, Messi fue condenado a veintiún meses de presidio por la Audiencia
Provincial de Barcelona por tres delitos fiscales y su pena nunca se hizo
efectiva ¿Para qué hacerse eco entonces de una información que terminará en
una multa y un reproche?
Una
nota plagada de sensacionalismo no distraerá a Diego Buonanotte del fútbol. Un
pez no olvida nadar en el agua, ni un pájaro duda en agitar sus alas en pleno
vuelo. Aunque se quede seis meses más o unos cuantos años, Buonanotte sabe que
encontró su lugar en el mundo en Católica. Le fue bien en Grecia, pero Europa
carece del fervor sudamericano. En estos escasos meses que lleva en Chile, supo
de festejos como la Supercopa obtenida en el estadio Ester Roa y de golazos en
clásicos.
Si
creen que alguien recibe duros golpes en la vida, y logra levantarse recordando
sus inicios en River, va a preocuparse por una nota más o menos están más
perdidos que Jarita después del
enganche. Ustedes también pasaron de largo. La objetividad no consiste en
sonreír ante aquello que te causa dolor sino en reconocerlo. Peor aún sería si
la prensa recibiera órdenes de empresarios poderosos. Que distintos somos.
Este
pequeño argentino, que siendo bajito siempre
será más grande que cualquier insidioso, sentirá que San Carlos de Apoquindo lo
recibe cada fin de semana como su propia casa. Creará alguna jugada simple o
prolija con Nicolás Castillo, José Pedro Fuenzalida y otros compañeros. En el
destino de Diego Buonanotte abundarán las
gambetas y goles con la franja, alégrense por nuestro querido fútbol
chileno.
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