lunes, 21 de febrero de 2022

📇 Acá está el lateral izquierdo


Cristian Berríos

El cambio en Alfonso Parot que muchos/as hinchas han destacado en estas fechas iniciales se había dado en el torneo pasado, donde convirtió un golazo jugando contra La Serena. 


¿Qué ha cambiado en Poncho? Para empezar le acomoda el juego de los receptores de sus pases. Con Diego Valencia y Fernando Zampedri sabes que existe una referencia de peso en ataque. 

Sin ánimo de faltarle el respeto a nadie, Parot no tenía una referencia de centrodelantero tan potente desde Nicolás Castillo en 2016, al cual habilitó, por ejemplo, en el 1-0 ante Deportes Temuco, en aquel histórico partido que finalmente ganamos 2-0.

Considerando ese antecedente, el lateral no siempre está obligado a ganar línea de fondo y centrar hacia atrás, que sería lo ideal en cada partido. Con una referencia que posea un gran juego aéreo, puedes despachar los centros desde 3/4 de cancha y facilitarle la tarea al delantero de desviar el balón e introducirla en la portería contraria. 

El mejor Alfonso Parot no sólo es aquel que fue a jugar a Rosario Central. Es el lateral que se animó en ofensiva ante Universidad de Concepción, también en 2016, y convirtió un gol que fue importantísimo en la lucha por el primer bicampeonato. 


¿Y cuál fue el peor Parot? Aquel que se vio superado en la marca en la recta final por el tricampeonato y perdió el puesto con Juan Cornejo. Sin embargo, en ese entonces se veía muy pesado e incómodo en el puesto que mejor conoce dentro de una cancha. 

Cristian Paulucci ha logrado lo que Ariel Holan no consiguió con Parot: No sólo mantenerlo fino físicamente, sino liberarlo de prejuicios y permitirle jugarse en ataque, con una cobertura defensiva a su espalda, que le de tranquilidad. 

Por supuesto que hay un tema de confianza del jugador, porque los movimientos o rutas de Paulucci para sus jugadores no son muy distintos a las de Holan ¿Por qué cambio tanto entonces el rendimiento de Poncho con uno y otro entrenador? 

La madurez también juega en el fútbol. Eso no significa que te hagas más profesional o te cuides de mejor manera fuera de la cancha. Implica que eliges con mayor sapiencia cuando quedarte en el fondo, o si están los espacios para generar daño en la defensa rival. Y es un jugador que le gusta romper líneas. A veces no es necesario gambetear a tres o cuatro. Proyectas el balón hacia el espacio y corres disfrutando esa sensación de que el rival está desconcertado. 


Ayer ante Curicó, con Asad y Buonanotte en cancha, Católica necesitaba jugar el balón lo más arriba posible, porque la salida de Marcelino Núñez, y el cansancio propio que ocasiona presionar durante gran parte del encuentro, por la urgencia del resultado, nos había quitado un poco de equilibrio. Hubo un par de jugadas dónde los rivales llegaron directamente hasta Germán Lanaro. 

Y fue Parot el que decidió achicar hacia arriba en los últimos minutos, antes que el árbitro se tomara largos minutos para revisar el VAR, recuperando un balón que en la faceta ofensiva es muy valioso para darle tiempo a sus compañeros en defensa de acomodarse con las marcas. 

La temporada es larga y los rendimientos, por razones lógicas, poseen variaciones. Lo que necesitamos es que Alfonso Parot, aunque en algún momento pudiera sentirse frustrado por una actuación irregular, cansancio o molestia física, recuerde al mejor Poncho, al desenvuelto, al que lee el juego con la experiencia y cree en sí mismo, con tantos títulos como titular en su historial, una prueba de su aporte al juego colectivo, aspecto fundamental en la consecución de logros. 

Y en lo individual que siga brillando. Sin ir más lejos, en el partido donde ganamos el tetracampeonato, contra Everton en Viña del Mar, él convirtió el 2-0. 

Ojalá que más adelante Cristián Cuevas nos sorprenda, para que sea una digna competencia en el puesto. Finalmente, si existe un espíritu de superación  en cada jugador siempre ganará el plantel, como ha sido una característica de esta Universidad Católica tetracampeona.  

Mientras tanto, este momento de Alfonso Parot debe servir de ejemplo a otros compañeros. Acá está el lateral izquierdo. 




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