sábado, 26 de febrero de 2022

📇 La pasión de Luciano Aued


Cristian Berríos


Llegó en una etapa de transición. La era Salas comenzaba a dar signos de agotamiento y existía de la sensación de que tarde o temprano el entrenador seguiría su camino. 

Curiosamente, Beñat San José fue quien comenzó a sacarle mejor partido a sus características, gustara o no el planteamiento del estratega ¿Por qué sería llamativo eso? Porque para darle orden al equipo, Beñat dispuso que Diego Buonanotte sería su volante con llegada, o el volante con mayor libertad, y había otros que debían reconvertirse rápidamente en función defensiva para que no quedáramos mal parados. 

Como Luli tenía presencia en la cancha, lo utilizaba para frenar la generación de juego del rival, sobretodo tras la aparición de Ignacio Saavedra, con el cual se complementó de excelente forma. Algunos jugadores han declarado que en realidad Beñat les incentivaba a posicionarse más arriba; pero sus cambios, y la forma en que cerraba los partidos, son un innegable testimonio de su gusto por el orden defensivo. 

De todas maneras, contenido en su juego o no, fue ganando terreno en el corazón de la hinchada, por su pasión y compromiso en los clásicos. Aquello quedó de manifiesto además con sus goles a Colo Colo en el 1-0 en San Carlos en 2018, mediante lanzamiento penal, y el 2-0 de 2020, y a Universidad de Chile en el 4-0 de 2019. 

Tras convertir a Colo Colo de penal en San Carlos

Aued demostró que poseía condiciones para asumir más responsabilidades, como ocurrió con Gustavo Quinteros. Aunque con el entrenador español había terminado la temporada marcando 6 goles, ya convertido en el ejecutante de penales del equipo, con el argentino boliviano culminó con 9 anotaciones, siendo un constante agente ofensivo, cargado por la banda izquierda, y en complicidad futbolística con Edson Puch. 

Luego de anotarle a Colo Colo en el Monumental

En la era Holan salió al paso varias veces ante injusticias arbitrales. Y la frase "quieren bajarnos y no saben como"  tuvo muchísimo sentido en momentos donde el plantel estaba diezmado por las lesiones, y simultáneamente el equipo recibía arbitrajes desastrosos semana a semana.

Era necesario que alguien se manifestara así, porque las cartas formales de reclamo en la ANFP con suerte las archivarán. Este es un jugador que se hace escuchar dentro y fuera de la cancha, que no se borra ni habla por hablar. Por la misma razón, posee gran llegada y credibilidad entre los jóvenes del equipo. 

Una de las cosas que deja haber jugado fútbol, o practicar cualquier deporte en realidad, es darse cuenta cuando alguien arrastra una lesión. Y en un momento determinado, Aued puso todo su empeño en que sus molestias físicas pasaran desapercibidas. 

Se dio cuenta que si salía del equipo, por muy astuto que fuera Ariel Holan, que planificaba cada partido con abundante información para sus jugadores, podíamos empezar a perder puntos peligrosamente. 

Había que asegurar el tricampeonato y jugó lesionado. Nunca se excusó por su rendimiento. Recuerdo que en esa época le escribimos, y le dijimos que se notaba que podía tener una lesión. 


En las últimas fechas, por la disputa del tetracampeonato, reapareció el mejor Luli, sin saber que al mismo tiempo estaba despidiendo a un socio por esa banda, Edson Puch, que a fines de año regresaría a su tierra natal. Luego aprovechó la velocidad de Clemente Montes, con pases muy medidos. Se notaba que había recuperado su mejor forma física. 

Lo ocurrido este año no amerita mayores vueltas. Hay que cuidarse y hacerle caso a los médicos. No cabe ninguna duda que si el cuerpo médico lo aprueba contará con un lugar en el plantel. 

Y si no fuera recomendable, porque parte de madurar es entender que no todas las cosas dependen de uno, nadie olvidará su aporte futbolístico y el temperamento que ha desplegado; por ejemplo, cuando jugó desgarrado un clásico universitario.

Este club es distinto, es una familia, como nos comentaba Alberto Beto Acosta en una entrevista reciente.  Eso no significa que seamos más o menos. Es evidente la gran hinchada que acompaña por todo Chile. Ser una familia implica estar para otros, como los demás estarán ahí para apoyarte.

En una familia hay quienes nos motivan para que le ganemos a la vida. También hay personas que nos contienen cuando nos gana la ansiedad o la impaciencia. Y otras que nos cuidan, aunque quisiéramos hacer locuras. 

Este es el momento para decirle a Luli que esté tranquilo y que esta familia no olvida ni abandona a quienes se entregan por la camiseta. 

Si puede vestirse de corto, que entre a la cancha, si no, lo vamos a necesitar afuera, donde no cabe duda que también sería un gran aporte, porque, como él mismo nos dijo una vez, vamos todos juntos. 

Desde hace años eres cruzado, Luciano, un integrante más de la familia de La Franja. Uno de esos jugadores apasionados que serán mencionados, con respeto, en alguna conversación futbolera de las generaciones que han crecido y crecerán siendo tetracampeones. 



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