Cristian Berr铆os
Publicado en cducatolica.com en 2005
Publicado nuevamente el 1 de marzo de 2006
Actualizado en cducatolica.com en 2009
Publicado nuevamente el 30 de agosto de 2012
En 1987, Raimundo Tupper dio inicio a una carrera de 7 a帽os y medio, un tiempo breve donde beber铆a de diversas copas y se har铆a un lugar imborrable en el alma de los hinchas. Ni muriendo mil veces el Mumo ser谩 olvidado, porque cuando respiraba y lat铆a su coraz贸n, cuando pudo abrazar a sus padres, compartir con los amigos, cuando se puso La Franja y entr贸 a comerse la cancha, como en La Paz por aquella Copa Libertadores donde sus pulmones fogonearon sin parar hasta que lo sacaron a los 40 del segundo tiempo, Raimundo Tupper nunca supo de traiciones.
Vivi贸 s贸lo 26 a帽os. A esa edad Ormaz谩bal y Rozental ya se hab铆an vendido. A los 26 el Mumo ya ten铆a un t铆tulo internacional, logro que referentes de la contra como Marcelo Espina y Sergio Vargas no obtuvieron en toda una carrera.
Jam谩s falt贸 el respeto a nadie y su camino qued贸 sembrado de defensas de Universidad de Chile, Colo-Colo y Saprissa. Para quienes no conocen su carrera, Raimundo Tupper es considerado un mito por su muerte, pero en estas l铆neas recordaremos que en realidad es una leyenda y nos dej贸 a los cruzados un mont贸n de alegr铆as.
En 1987, el Mumo integr贸 el plantel campe贸n de Cat贸lica en Primera Divisi贸n, y tuvo una participaci贸n destacada en el Mundial Juvenil donde Chile lleg贸 cuarto. Adem谩s levant贸 la copa del Campeonato Nacional de la categor铆a con jugadores como Del Canto, Estay, Tudor y otros. En un principio, Raimundo jugaba de puntero cl谩sico, y fue en ese puesto donde sigui贸 sumando experiencia internacional en la Copa Libertadores 1988. Cat贸lica enfrent贸 a Nacional de Montevideo en esa edici贸n. Empatamos en Santiago 1-1. Hubo un gol anulado a Luis Abarca, tras una chilena de Tudor, por “jugada peligrosa", y en el Centenario Marco Cornez tap贸 hasta el viento, finalizando el encuentro 0-0.
En esa versi贸n de la Copa se aplic贸 el gol de visita, y tal como en 1984, ante el Independiente de Bochini, Trossero, Reinoso y Percudani, quedamos fuera sin ser menos que el equipo campe贸n de la Copa Libertadores.
Por su amabilidad, al Mumo lo quer铆an todos en el ambiente del f煤tbol. La actuaci贸n en el Mundial Juvenil y su incursi贸n en el primer equipo lo convert铆an en un jugador de gran proyecci贸n, y pronto supo lo que era definir un cl谩sico.
En noviembre de 1988, Cat贸lica chocaba ante Universidad de Chile por el cl谩sico de la segunda rueda. El a帽o anterior La Franja hab铆a ganado los dos partidos contra los chunchos y el resultado de la primera rueda fue un empate 0-0. Era el segundo cl谩sico para dos mundialistas juveniles: El Mumo y Luis Musrri.
Luka Tudor, cuando a煤n era Lukas, enfrent贸 a los 48 minutos a H茅ctor D铆az, que jugaba de central, contenci贸n y delantero, y debi贸 retroceder el bal贸n para Mario Lepe, que a su vez vio libre al Mumo a su derecha.
Raimundo Tupper se despach贸 un bombazo al arco de Georgetti, que no atajaba ni un globito con pelota de playa, aunque se estir贸 m谩s que una luca para almuerzo, fotocopias y tintorrio. Fue un golazo y triunfo para Cat贸lica. ¿Otra gracia? Si se帽ores, en el a帽o en que la contra baj贸 a segunda, los cruzados nos quedamos con el cl谩sico con gol de Tupper. TOMA.
Y la an茅cdota imperdible: Tras el partido, Revista Triunfo junt贸 para una entrevista al Mumo y a Musrri, que al lado de Tupper parec铆a protagonista de Mea Culpa. Y cuando el hachero dec铆a que “El partido estuvo parejo…”, el Mumo lo dej贸 haciendo sapitos al declarar: “Un gol fue muy poco para la superioridad de Cat贸lica. Debimos hacerles m谩s”.
El Mumo era muy reservado pero amistoso en el grupo. Era fan谩tico de Silvio Rodr铆guez, y un hombre de inquietudes sociales y opiniones pol铆ticas que sorprend铆an dado su origen acomodado. Apoy贸 al No para el plebiscito de 1988, particip贸 en concentraciones y fue un activo colaborador de causas sociales, representando a empresas que colaboraban, regalando indumentaria deportiva o financiando alg煤n gesto o actividad con su propio dinero.
Los hinchas cre铆amos que lo ten铆a todo. En 1989, una revista lo fotografi贸 de vacaciones en Vi帽a tomando sol con una polola muy bonita. Por esos a帽os, una empresa ofreci贸 pagar una cantidad de dinero a una instituci贸n ben茅fica por cada gol que Tupper convirtiera, y el Mumo acept贸 al instante.
En 1991, Raimundo Tupper celebr贸 con la Franja la Copa Chile. Bajo la direcci贸n t茅cnica de Vicente Cantatore, entrenador que jam谩s tuvo una relaci贸n fluida con el presidente de la 茅poca, Alfonso Swett, el equipo se cohesion贸 y fortaleci贸 con la potencia de Leo Contreras, la salida limpia de Jos茅 Del Solar, el quite y apoyo de Mario Lepe y Nelson Parraguez, la magia de la viejita Reinoso y el olfato de gol del argentino Jos茅 Daniel Percudani.
Alcanz贸 los logros m谩s altos de su carrera en los a帽os m谩s dif铆ciles de su vida. Valga como antecedente de su rendimiento a un hombre ajeno a la instituci贸n, como Mirko Jozic, ex t茅cnico de Colo Colo y seleccionador nacional 93-94.
El croata convoc贸 al Mumo por su t茅cnica en velocidad y salida explosiva. Cuando Chile se prepar贸 para jugar un amistoso con Francia en tierras galas, An铆bal Pinto, arquero en ese entonces de Melipilla, conversaba con otros j贸venes sobre sacarse fotos “y pedirle un aut贸grafo a Jean Pierre Papin”, estrella del AC Milano. El Mumo les fren贸 en seco: “Vayan y h谩ganle un t煤nel, olv铆dense de los aut贸grafos” .
En ese mismo viaje, los jugadores nacionales deb铆an llenar un formulario en el aeropuerto. All铆 les preguntaban por su religi贸n. Luka Tudor escribi贸 “Cat贸lica”, y An铆bal Pinto, que tiempo despu茅s ser铆a arquero de la vocal, puso “Melipilla". M谩s all谩 de la an茅cdota, aquello habla de las desigualdades sociales y culturales contra las que combat铆a el Mumo. Francia gan贸 3-1 y el descuento de Chile da para un cuento aparte.
Iv谩n Zamorano estaba en una sequ铆a goleadora de 8 meses, y hab铆a perdido goles sin arquero a dos metros del arco. El presidente de Real Madrid, Alfredo Mendoza, se hab铆a comprado unos bototos, y los lustraba esperando el d铆a para empalmar de puntete a Bam Bam. Zamorano no ten铆a confianza y estaba absolutamente bloqueado. Durante el juego contra Francia, Raimundo Tupper lo habilit贸 en forma perfecta, y el delantero pudo convertir. Si no fuera por el Mumo, Zamorano no habr铆a sido nada de lo que fue posteriormente.
En la campa帽a de la Copa Libertadores 1993, Raimundo Tupper abri贸 las defensas visitantes y encubierto como lateral se complement贸 perfectamente con la movilidad de Barrera, la explosi贸n de Lunari, y el talento goleador de Almada. Salvo Andr茅s Romero y Sergio V谩zquez en defensa, otros jugadores como Leo Contreras y Daniel L贸pez necesitaban apoyarse en una salida expedita y el Mumo cumpli贸 en la Copa una de las campa帽as m谩s notables de su carrera.
Sin su cambio de ritmo, aceleraci贸n ofensiva, y resistencia, virtudes que sumadas a las actuaciones superlativas de un grupo de humildes transformados en grandes, el equipo que tuvo en las cuerdas a Sao Paulo en Santiago habr铆a estado cortado en dos mitades, y sujeto a los pases largos de “Charly” V谩zquez desde el fondo y las subidas de Romero. El Mumo fue fundamental para llegar a la final, y en la obtenci贸n al a帽o siguiente de la Copa Interamericana. Fue un obrero veloz y virtuoso que se agrandaba en los cl谩sicos y en el terreno internacional.
Como se dijo en una columna anterior, Raimundo Tupper fue clave para doblegar la marca pegajosa del Saprissa, y conquist贸 con La Franja el primer t铆tulo internacional de nuestra historia. El Mumo no daba pausas, soportaba los golpes sin reclamar y cada d铆a crec铆a en su juego.
A finales de 1994, Cat贸lica, pese a su inmensa superioridad sobre los equipos nacionales, debi贸 jugar la Liguilla Pre–Libertadores, esa vez cont贸 con jueces argentinos, para que Robles, Imperatore y otros no siguieran equivoc谩ndose en forma tan extra帽a, grosera y alevosa.
Ganamos a Colo-Colo para clasificar a la Copa. Qued贸 en nuestro recuerdo el desborde del Mumo por la izquierda, y su empalme con borde interno de la pierna derecha para bombear el bal贸n al segundo palo de Marcelo Ram铆rez, que qued贸 mordiendo el pasto. Nos hab铆an sacado el campeonato del bolsillo, pero La Franja de Lepe, el Piri, el Beto, el Pipo y del Mumo era gigante.
Raimundo Tupper, el obrero virtuoso, hac铆a que el cruzado levantara los brazos y encarara a Colo-Colo como triunfador. Perd贸nanos a todos, Mumo, porque no supimos que con esa sonrisa que te acompa帽贸 siempre, con esos abrazos, con la felicidad que dedicabas tu gol a los hinchas, te desped铆as de todos nosotros, porque la vida te dol铆a como una herida que no cerraba nunca, pero en la cancha no dudaste en brindarle cada bocanada de aire a Universidad Cat贸lica.
Mi recuerdo favorito de Raimundo Tupper es verle tap谩ndoles la boca a quienes criticaban su marca, como si pasar de delantero a lateral fue cosa que Rub茅n Espinoza o Andr茅s Romero lograron en un d铆a. Por ejemplo, Luis P茅rez nunca quiso ser lateral izquierdo, pese a la insistencia de Ignacio Prieto.
Fue contra River Plate en la Copa Libertadores 1995, la 煤ltima competencia continental que el Mumo jugar铆a. Tengo muy clara la imagen de Raimundo Tupper reventando a Enzo Francescoli en la mitad de la cancha, frente a Tribuna Campeones en San Carlos. Romero barr铆a como una pluma al Burrito Ortega. En mi modesto juicio, los laterales ganaron los duelos y el partido fue 2-1 para nosotros. A Rozental le anularon el 3-1 por un offside inexistente, ah铆 estaba la l谩pida para los Millonarios. Sin embargo, cuando lleg贸 el pitazo final, cada jugador cruzado tuvo la satisfacci贸n de ser inmensamente superior al rival durante los 90 minutos.
Cuando la hinchada celebraba el t铆tulo de la Copa Chile 1995, Raimundo Tupper estaba ah铆, y tambi茅n se present贸 dos a帽os m谩s tarde para inclinar la cancha a nuestro favor, ayudar al Beto en su salto, y quedarnos con el t铆tulo del Apertura 1997.
En el instante en que Chand铆a dio el pitazo final ante Rangers en el Apertura 2002, el Mumo vino de paso para ver desde lejos, junto a los cantos de la hinchada, aquella vuelta ol铆mpica de la octava estrella. Bajo los fuegos artificiales, los cruzados recordaban al “Mumo querido”, y yo tambi茅n pensaba en mi padre, un cruzado de coraz贸n fallecido unos meses antes. Estoy seguro que estaba ah铆, al lado tuyo. Doy por hecho, que cuando un hincha grita un Ceatole铆 desde el fondo del alma, puedes escucharlo donde quiera que est茅s y desde el fondo de tu alma asoman los colores de la camiseta.
Raimundo Tupper nos uni贸 a los cruzados y fue, en un momento determinado, el hermano y el hijo que todos los hinchas j贸venes y mayores nos hizo falta, un jugador muy querido que vimos alejarse en Costa Rica.
Hablan de suicidio los que no saben de la depresi贸n end贸gena ara帽a el alma, que es necesario gritar por ayuda, y que Dios recibe a quienes pone las pruebas m谩s duras para llevarlos primero a su lado. S茅 que cuando saltaste al vac铆o cansado de la vida que dol铆a, el propio Dios te tom贸 en brazos y te acarici贸 la cabeza como a un ni帽o. Mientras los dem谩s sepultaban los restos, sonre铆as como cuando batiste a Marcelo Ram铆rez en esa Liguilla.
Ser谩s por toda la eternidad un cruzado leal en el cielo y estar谩s vivo hasta que muera el 煤ltimo de nosotros, desde este recodo de un largo viaje te damos las gracias por tanta pasi贸n brindada por La Franja.
Inentendible, curioso y extra帽o que no haya ning没n comentario sobre este apasionado y hermoso trabajo, sobre todo lo que signific么 para la UC ,el MUMO TUPPER y al futbol nacional en general su trayectoria. No soy de la Catolica y , s么lo me interesa levemente el futbol cuando es la ROJA de todos, pero a没n no olvido , donde estaba, que estaba haciendo cuando escuch锚 por radio esa triste noticia de la partida del jugador. Mis respetos a su nombre.
ResponderEliminar