El argumento
más sencillo para demostrarle a los hinchas la influencia de la Fundación en los
resultados deportivos sería indicarles que si este grupo hubiera reinvertido la
enorme cantidad de dinero percibida por la venta de Santa Rosa, la salida a la
bolsa del fútbol, entre otros, Católica habría contado con un plantel poderoso
desde hace varios años. Como oposición a esa idea viene aquella premisa de que la Franja es un club formador,
sin embargo ¿No se acelera el ciclo de formación de los jugadores? El club
vendió más y con mayor éxito en la época en que los jóvenes debían ganarse una
camiseta y competían con figuras de nivel internacional.
Por último,
mientras exista derecho a veto no habrá un pluralismo que garantice la
elección del mejor proyecto deportivo. Por mucha capacidad que posea un técnico
la Fundación
puede descartarle y también aislar al director que se atreviera a proponerle. Poseen
5 directores de un total de 11 y aún así el veto, inconcebible en empresas
administradas con principios acordes a los nuevos tiempos, es su carta más
poderosa.
¿Tiene culpa la Fundación de todo lo que
ocurre en el club? Bueno, ellos eligen al presidente del directorio, controlan
dicho directorio, que a su vez elige a un gerente, entrenador y aprueba la
contratación de jugadores. Desde fines de los 90´ Católica ha bajado su
presupuesto radicalmente tras la obtención de un título, ocurrió tanto en el
año 2002, como en el 2005 y curiosamente también en la era de Cruzados SADP en
el año 2010. No parece coincidencia sino una política de conformismo.
El hincha se
queda sin voz y baja del cerro esperanzado en que su equipo se entregue por entero en
cada partido, hay que apoyar a los que defienden la camiseta, pero también
darse cuenta de quienes deciden y son responsables de que los colores de este
club (que lo merece todo) se posicionen en la cima del mundo.
Revista digital Columna de Razta (ISSN 0719-2835)
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