Ponga el nombre que quiera a la persona que mejor podr铆a representarlo en Universidad Cat贸lica, pero la estructura de esta empresa que prometi贸 luchar por 茅xitos para el club no puede seguir igual. ¿Alguien olvida que Mario Salas debi贸 reclamar porque no aparec铆a el fixture a dos semanas de la primera fecha? ¿D贸nde estaba el Gerente Deportivo y el Presidente de la concesionaria Cruzados SADP? ¿Esa no era la labor de ellos?
Aunque fu茅ramos campeones en un torneo muy irregular, como ocurri贸 el 2010, un t铆tulo utilizado hasta la saciedad para mostrarnos una imagen institucional renovada, Universidad Cat贸lica no puede carecer de liderazgos. Alguien nacido en el club se toma con mesura el 茅xito, tan esquivo desde la obtenci贸n de la Copa Chile 2011, y demuestra temple en la adversidad. La derrota en la final del 2011 fue una oportunidad inmejorable para que un director con huevos, chileno, no un argentino, dijera “¿Sabe qu茅 compadre? Hoy perdimos y estamos heridos, pero nos vamos a levantar, porque esto es Cat贸lica y nuestra historia no se hizo en un d铆a ni va a terminar esta noche”.
El hincha cruzado est谩 en un disyuntiva permanente. Cuando se produce un traspi茅, sabe que debe alentar hasta el final, como aquellos hinchas euf贸ricos en el 2-1 a Colo Colo en San Carlos de Apoquindo, pero al producirse un fracaso los dirigentes desaparecen de inmediato y se acabaron las respuestas. Antes se iban de vacaciones, ahora simplemente permanecen en silencio. Y nunca hay que callarse, porque ah铆 se dispersa tu tropa.
Alfonso Swett cometi贸 errores hist贸ricos. Por ejemplo, cuando acept贸 a Felipe Lamarca y Luis Felipe Gazit煤a en la Fundaci贸n Club Deportivo Universidad Cat贸lica, o simplemente La Fundaci贸n, administradora del CDUC y la rama de f煤tbol. En otras ocasiones. se meti贸 en decisiones futbol铆sticas. En 1989, Ignacio Prieto solicit贸 al goleador uruguayo Jorge “Polilla” Da Silva para asegurar el torneo. El entrenador ten铆a un acuerdo por 50 mil d贸lares con Da Silva, que ven铆a de triunfar en Espa帽a y River Plate. En lugar de hacerle caso a Prieto, Alfonso Swett trajo a Jos茅 del Solar, l铆bero, por 300 mil, debido a su enorme proyecci贸n. Finalmente, el torneo 1989 se perdi贸 por escaso margen y Del Solar fue transferido a Europa en una cifra superior al mill贸n de d贸lares en 1992.
Sin embargo, Swett no era mudo en la adversidad. Daba entrevistas a medios de confianza como Revista Triunfo y sal铆a al paso tras una desaz贸n, ya sea argumentando que hab铆a ganado una Copa Chile, manifestando que se armaban para la temporada siguiente o transparentando si hab铆a presupuesto o no.
Asumo que probablemente es apresurado juzgar a Mario Salas, aunque haya mostrado falencias planteando una l铆nea de cuatro y finalmente quedando expuesto con dos centrales frente a tres delanteros, sin que pensara en bajar a un lateral y defender con tres, o que reitere una y otra vez su confianza en un lateral izquierdo que sencillamente no defiende, pero por 煤ltimo rodeen al entrenador de personas que respiren f煤tbol. Jos茅 Mar铆a Buljubasich ha cumplido un ciclo como Gerente Deportivo y Luis Larra铆n no representa a nadie.
Mario Salas habla maravillas de todos ellos porque es educado, pero un l铆der se inmola en defensa de su entrenador. No espera que termine un contrato de su elegido y venga otro fusible. Todos queremos que Cat贸lica sea campe贸n. En especial aquellos que nos vemos las caras unos a otros con personas que pagan una entrada con esfuerzo, el hincha de galer铆a.
Para que el club no logre s贸lo 茅xitos espor谩dicos y asuma un lugar de preponderancia en nuestro f煤tbol de forma permanente, no bastar谩 con el aumento de capital, hay que inyectarle la sangre y m铆stica que hizo grande a la franja, esa que no proviene de la ciudad de Rosario sino de barrios acomodados o humildes de Chile. S铆, quiero a Olmos en Cat贸lica, y si usted quiere a Salas, s煤melo, ning煤n problema. Quienes sobran son los que no aportan, entorpecen y brillan por su ausencia en la derrota.
Cat贸lica es f煤tbol, car谩cter y honestidad, desde Ganchito G贸mez, Palma hasta al presidente que sea digno de traerse un astro mundial como Moreno, inaugurar un estadio o rescatarnos de la bancarrota en el Ascenso, no es un pasatiempo sino una pasi贸n.
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