Cristian Berríos
Corría el año 1946. La rivalidad en el hockey patines entre Universidad Católica y Colo Colo llegaba a su punto máximo en la final de la Asociación Santiago. Desde temprano, las barras estaban enardecidas en la Plaza de la Ciudadanía, frente al Palacio de La Moneda, donde se disputaría el trascendental encuentro. Los jugadores que más se repetían en Universidad Católica eran Rebolledo; Rojas, Sabaté; Diez, Spadaro y Tunzi.
El partido fue arduamente disputado y Universidad Católica se consagró campeón al ganar por 2-1. Sin embargo, la contra había quedado picada y se armó una batalla campal. Ahí fue donde los jugadores cruzados demostraron su coraje, empalmando a jugadores e hinchas rivales.
Luego llegó la fuerza pública y los jugadores cruzados no podían ser controlados. En 1948 se repitió la misma final, y volvieron a ganar a Colo Colo.
Aunque la violencia nunca será una solución a los problemas, quienes desafiaban a estos muchachos encontraban la horma de sus zapatos, porque se hacían respetar dentro y fuera de la cancha en los locos años 40.
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