Cristian Berrios
Creces y vas aprendiendo. Y más te vale que aprendas rápido.
Abres los ojos y escuchas, usas todos los sentidos disponibles. Te gusta jugar, quieres ser aceptado. Quieres que tus abuelas, abuelos, madres, padres, hermanas, hermanos sean eternos... No quieres perder a ningún ser querido, menos a los más indefensos.
Y parte de seguir este camino es admirar. Ver con asombro como algunos hacen fácil lo difícil: Colgarse de un balón a gran altura, al estilo de Patricio Toledo; manotear un balón a quemarropa al igual que "Cóndor" Rojas; transmitir la seguridad de un "Gato" Osbén; tapar un penal en una semifinal de Copa Libertadores de la misma manera que Oscar Wirth; entregar tu portería con menos goles que partidos en campañas de campeonato, logro alcanzado por Marco Cornez.
Era un gozador de la vida. En un viaje con la selección a Bolivia conversaba con un dirigente en la puerta del hotel. Pasó una joven muy guapa conduciendo un auto y el flechazo fue inmediato. Marco seguía conversando y el auto pasó de nuevo, luego otra vez. Y finalmente Cornez sale corriendo y se sube al auto, que se había detenido para esperarle.
Sin embargo, también era prudente. Una conocida vedette española fue invitada a dar el puntapié inicial a un partido. Marco estaba junto a ella e hicieron buenas migas, conversaban alegremente. Años después, le preguntaron si había pasado algo entre ellos y él lo desmintió. La joven era amante de Álvaro Corbalán y al costado de la cancha la esperaban agentes de la CNI para "resguardarla".
Y en 1984, Alfonso Swett quería bajarles el sueldo a varios jugadores, entre ellos el crack de la portería, por haber sido sorprendidos en una premiación del Cabaret 1100. Entonces, ellos apostaron que si ganaban por cuatro goles al siguiente partido todo quedaba olvidado... Y ganaron por 5. Luego intentaron repetir la oferta, pero los mandaron a buena parte.
Y en la cancha tuvo actuaciones de verdadera jerarquía como la revancha ante Nacional por Copa Libertadores 1988, donde mantuvo el cero en el arco con extraordinarias atajadas. Transmitía seguridad a sus compañeros. En su mejor momento, despegaba del césped con la facilidad de un héroe de Marvel o DC Cómics. Así lo veíamos los niños.
Por algo está entre los mejores arqueros en la historia de Palestino, donde fue campeón en 1978 y tuvo una gran campaña en 1986, y Universidad Católica, el club de su vida, donde festejó los Torneos Oficiales de 1984 y 1987, Copa Polla Gol y Copa de la República 1983.
Fue el arquero de los diseños elegantes de Le Coq Sportif, que llamaban la atención de los niños por sus vivos colores. Fue el hombre de las mañanas inolvidables del Santa Laura. Y antes de eso, supo cerrar su portería, frente al mejor Cobresal de la historia, para devolvernos la alegría de un Torneo Oficial después de 18 años.
Por esa campaña de 1984 quería llevárselo River Plate, pero en ese entonces el fútbol no era un festín de representantes. La decisión de los presidentes de clubes pesaba, una leve mejora en el sueldo a veces evitaba una venta al extranjero y, por cierto, aún se jugaba por amor a los colores.
Marco Cornez fue quien contó la frase que revelaba la postura política de Raimundo Tupper. Era un compañero querido y soportaba de buena gana las bromas que le hacían por el récord de Luka Tudor. Varias generaciones lo recordaban por aquello, pero no se engañen: Era un arquero extraordinario, que supo pelear el puesto de la Selección Chilena con Roberto Rojas e integró el plantel de la Roja subcampeona de Copa América 1987.
Los seres queridos deberían ser eternos. Y los ídolos también. Mucha gente cree que los despides para figurar o llamar la atención ¿No entienden que hoy despedimos parte de nuestra infancia? ¿No saben que antes las oncenas se sabían de memoria y hasta los equipos más modestos contaban con un arquero de categoría? Loco Araya, Julio Acuña, Gringo Nef, Leo Canales en su etapa en Naval...
¿No comprenden que arqueros como Marco Antonio Cornez fueron mencionados por nuestros padres tíos o abuelos en charlas interminables de fútbol? ¿No logran captar lo que significa para nosotros? Son parte de nuestras vidas. Son héroes de radio que te imaginabas gigantes, corriendo kilómetros como los Súpercampeones, y luego en persona eran señores súper amables que, ya estando uno mismo mayor, te hacían sentir de nuevo como un niño al conocerlos o saludarlos.
Tal como ocurre con el autor de una canción, con el actor, actriz o director/a de una película, un arquero que protagonizaba voladas espectaculares de "palo a palo" estará presente en los recuerdos de varias generaciones.
Los ídolos deberían ser... Pero al crecer nos damos cuenta que solo estamos de paso. La diferencia está en como aprovechamos el tiempo que tenemos, si hacemos felices o miserables a las personas. Nuestro inolvidable portero nos dio mañanas, tardes y noches de risas y abrazos eternos.
Hasta siempre don Marco Antonio Cornez, un arquerazo.
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