martes, 17 de mayo de 2022

馃搰馃摷 El 3-2 de Universidad Cat贸lica en Puerto Montt por el Apertura 1997


Cristian Berrios

Fue uno de esos partidos que convierten en hinchas a los m谩s peques del hogar. Para los amantes del f煤tbol que esperaban apenas un partido re帽ido quiz谩s se trat贸 de un descubrimiento o una grata sorpresa. Para quienes ya llevaban La Franja en el pecho se trat贸 de una batalla 茅pica. La hinchada cruzada de regiones, el sur pujante y latente que lleva el azul y blanco, los viajeros de las comunas m谩s humildes de Santiago, se volcaron ese d铆a, con el coraz贸n en llamas bajo el viento y la lluvia, al m铆tico Chinquihue de Puerto Montt. 

El partido pareci贸 encaminarse r谩pidamente para el equipo local con un descomunal Walter Otta, que parec铆a estar jugando el partido de su vida. El delantero argentino puso a su equipo 2-0 arriba. Un descuento de David Bisconti nos mantuvo en el partido y fue un tanque de ox铆geno en medio de la tempestad. 

No hab铆a transcurrido ni un cuarto de hora de la etapa de complemento y expulsaron a Javier Margas. La dirigencia local no paraba de putear a nuestros jugadores. El ambiente se volv铆a cada vez m谩s raro y sospechoso. No olvidemos que en ese a帽o disputamos el t铆tulo con Colo Colo, dirigido por Peter Dragicevic y Jorge Vergara.

Pero a煤n en medio de la noche un rayo de sol ilumin贸 esa cancha fangosa y se llam贸 An铆bal "Tunga" Gonz谩lez. Entr贸 al campo de juego con un arsenal de gambetas, frenos y enganches. Apenas hab铆a pasado un instante desde su ingreso cuando convirti贸 el 2-2. El estadio se ven铆a abajo y el coraz贸n pujante, trabajador, el sudor de fabrica, el campus de los sue帽os estudiantiles, las hojas en el patio de nuestros viejos, todo se hac铆a m谩s hermoso y vibrante, porque Cat贸lica se negaba a renunciar al t铆tulo. 

En los minutos finales del partido, Ricardo Lunari, un fogonero que no paraba de meter y anhelar la gloria en ese para铆so de lodo y c茅sped, ejecut贸 un corner con intenci贸n de causar estragos y vino el pivoteo de Luis P茅rez. Entre defensas rivales emergi贸 Andr茅s "Moto" Romero como un paladin entre el barro, como un h茅roe de los que emocionaban a los ni帽os en el cine, para decir una vez m谩s que nos ten铆an que arrebatar la vida para quitarnos el campeonato. 


Gan贸 Universidad Cat贸lica 3-2 y todo el sur de Chile, incluyendo la hinchada local que aplaudi贸 el espect谩culo, se ti帽贸 un poco m谩s de azul y blanco, como esos cielos y mares que surcaron d茅cadas antes los fundadores y las delegaciones del CDUC, que recorr铆an las zonas australes llevando la magia del deporte y el f煤tbol, como una mercanc铆a gratuita e incombustible, una ambros铆a para el alma, una respuesta para miles de compatriotas que no estaban acostumbrados a recibir espect谩culos deportivos. 

Al final del partido vino  el c茅lebre "contra todos" de Alberto Federico Acosta, una verdad que se gritaba a fuerza de goles, un desahogo merecido. La historia continuar铆a escribi茅ndose meses despu茅s en el inolvidable 3-0 en el Estadio Nacional, poniendo fin a una d茅cada de injusticias y postergaciones. Cat贸lica, el equipo de estudiantes y trabajadores, volv铆a a lo m谩s alto de nuestro amado f煤tbol chileno. 



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